¡Hola! Mi nombre es Pol, soy la fundadora y diseñadora de Pol Avè. Hoy les propongo una marca con bases 100% sostenibles y de triple balance: social, medioambiental y económico. Por el hecho de haber elegido este oficio, siento la necesidad y responsabilidad de brindarles y compartir lo que yo hoy considero mejor y justo.
El vestir es una necesidad de primer nivel y en los últimos años nos hemos visto sumergidos en una vorágine de consumo. Lo sorprendente no sólo es el exceso, sino que hemos llegado al punto de ni siquiera pensar en lo que estamos comprando, dónde se hizo, quién lo hizo, en qué condiciones y lo qué es peor aún comprarlo, no usarlo y descartarlo como si fuera basura…
El exceso de demanda y la oferta irresponsable posicionaron a la industria textil como la segunda más contaminante a nivel mundial, después de la industria del petróleo. Lo cual es una locura. Lo más preocupante de toda esta situación, es que los hábitos de consumo adquiridos en los últimos tiempos por el ser humano se llevaron consigo ecosistemas enteros.
Les compartimos algunos ejemplos de hechos reales que nos hicieron pensar en lo importante que es apostar por la Moda Slow.
- Enormes tragedias, como el colapso del edificio Rana Plaza en Bangladesh (2013), donde miles de personas murieron y otras miles resultaron gravemente heridas.
- Los cultivos convencionales de fibras naturales, como lo es el 95% de la producción de algodón, que utiliza el recurso del agua de forma desmedida y como si fuera infinito. Enfermedades terminales y hereditarias a raíz de utilizar uno de los peores pesticidas que existen en el mundo. Si sumamos el trabajo infantil y los bajos salarios en este sector, nos encontramos con uno de los lados más oscuros de la moda.
- La extinción de todo tipo de biodiversidad en ríos y lagos cercanos a fábricas de producción, a causa de la contaminación del agua; como es el caso del Río Buriganga, en Bangladesh o la desecación del Mar Aral, por la desviación de ríos para riegos, entre otros, en su mayoría en el Sudeste Asiático e India.
- Ni hablar de la comida que llega a nuestras mesas todos los días, que ya se ve afectada por los microplásticos que flotan en el mar. En parte, proveniente de las fibras sintéticas que tan a menudo lavamos y desechamos como basura. Cabe destacar que cada vez que lavamos una prenda fabricada con fibras sintéticas, microfilamentos de plásticos, terminan en el océano y por consecuencia el ecosistema en el que vivimos...
¿Has pensado ya en cuál es tu grano de arena?
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